Con faldas y lo Espe
-Creo que la mejor
solución, Mariano, sería meterlos a todos en la cárcel -propone Jorge mientras
enciende un habano decomisado a Fidel.
-¡Hombre, Jorge!, que yo los metería con gusto, a todos, no iba a quedar ninguno, pero no hay dinero para construir más cárceles.
-¿Y si los llevamos a todos a...?, no sé, no sé, ahora mismo, déjame que piense... -se rasca el mentón y pone cara de lumbrera de pilas de doscientos vatios.
-Bueno, deja eso ya y dime cómo va lo de la paga extra a esos matones que encargaste para apalear a esos cabrones de las minas -dice Mariano.
-Han tragado, y es que no hay nada como contratar mercenarios de la antigua Yugoslavia para estos fines, aquí por menos de mil pavos son reyes, no te digo lo que son allí; aunque hay un asuntillo que no he tenido más remedio que aceptar.
-¿Cuál es ese asuntillo Jorge? No me tengas en vilo que la cosa no está para más líos -dice Mariano mirando una mosca posada en el techo del despacho, y piensa: <>.
-Nada, nada grave solo que a cambio tendremos que construir algunos bares de alterne, de esos que... ya me entiendes.
-Claro, claro, pero de eso tendrás que hablar con Espe que lleva lo de los casinos, el juego etc.; bueno pelillos a la mar ¿Cómo va lo de la bandera con nuestro símbolo de una...?
-Va, va, no te apures, todo llegará, por cierto ¿mandamos más tanques y hombres a Siria, por ejemplo, o mandamos fabricar unos cuentos de Dickens?
-Deja, deja, que en seguida te pones bélico con la que está cayendo. Lo que sí podemos hacer es aprovechar las Olimpiadas para despistar y de paso mandas dos taques de los caros, y mil hombres, o mejor consulta con la TÍA, ellos te darán las órdenes pertinentes.
-A tus órdenes Generalísimo, quiero decir presidente, es que...
-Sí, ya lo sé, a mí también me traiciona a veces la Espe, y la conciencia.
-¡Hombre, Jorge!, que yo los metería con gusto, a todos, no iba a quedar ninguno, pero no hay dinero para construir más cárceles.
-¿Y si los llevamos a todos a...?, no sé, no sé, ahora mismo, déjame que piense... -se rasca el mentón y pone cara de lumbrera de pilas de doscientos vatios.
-Bueno, deja eso ya y dime cómo va lo de la paga extra a esos matones que encargaste para apalear a esos cabrones de las minas -dice Mariano.
-Han tragado, y es que no hay nada como contratar mercenarios de la antigua Yugoslavia para estos fines, aquí por menos de mil pavos son reyes, no te digo lo que son allí; aunque hay un asuntillo que no he tenido más remedio que aceptar.
-¿Cuál es ese asuntillo Jorge? No me tengas en vilo que la cosa no está para más líos -dice Mariano mirando una mosca posada en el techo del despacho, y piensa: <
-Nada, nada grave solo que a cambio tendremos que construir algunos bares de alterne, de esos que... ya me entiendes.
-Claro, claro, pero de eso tendrás que hablar con Espe que lleva lo de los casinos, el juego etc.; bueno pelillos a la mar ¿Cómo va lo de la bandera con nuestro símbolo de una...?
-Va, va, no te apures, todo llegará, por cierto ¿mandamos más tanques y hombres a Siria, por ejemplo, o mandamos fabricar unos cuentos de Dickens?
-Deja, deja, que en seguida te pones bélico con la que está cayendo. Lo que sí podemos hacer es aprovechar las Olimpiadas para despistar y de paso mandas dos taques de los caros, y mil hombres, o mejor consulta con la TÍA, ellos te darán las órdenes pertinentes.
-A tus órdenes Generalísimo, quiero decir presidente, es que...
-Sí, ya lo sé, a mí también me traiciona a veces la Espe, y la conciencia.
-Por cierto, al salir di que pase la siguiente.
-¿Quién la achaparradita con cara de sargento de la
SS?
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