Peter Magnus |
El trabajo bien hecho
Por Peter Magnus
El insigne hidalgo don Quijote de la Mancha, en una de las
escenas del libro que tan magistralmente escribiera Miguel de Cervantes, lucha
contra gigantes, y es vencido al fin por ellos gracias a las malas artes de un
mago de cuyo nombre no quiero acordarme, y que por arte de birlibirloque
convierte a los gigantes, ante los ojos atónitos del caballero de la triste
figura, en molinos, dejando a nuestro héroe vencido y tirado por los suelos, al
que viene a socorrer el escudero fiel, que podría aquí representar al pueblo,
que le dice:
-No ve vuesa merced que son molinos…
¿A qué viene esta arenga en este artículo que he decidido
titular “El trabajo bien hecho”?
Pues viene a eso, a que el trabajo que hacen las oligarquías financieras a través de su maquinaria de propaganda está bien, pero que muy bien hecho; y uno, ingenuo, sigue luchando contra molinos de viento cuando son lo que son: gigantes que nos merendarán a todos sin excepción alguna.
Pues viene a eso, a que el trabajo que hacen las oligarquías financieras a través de su maquinaria de propaganda está bien, pero que muy bien hecho; y uno, ingenuo, sigue luchando contra molinos de viento cuando son lo que son: gigantes que nos merendarán a todos sin excepción alguna.
A los hechos y a los comentarios de hoy día seis de marzo de
2013, me remito. Ha muerto un “un dictador” -dicen las bocas del pueblo
instruidas por la prensa-, según ha sido catalogado por los demócratas que
viven creyendo que lo hacen en una democracia cuando realmente viven en una
dictadura. Una de las peores plagas que asola a la humanidad es esa atrevida
compañera llamada ignorancia, y es ésta la que hace que la gente de a pie haga
comentarios sobre la muerte del presidente electo (no se nos olvide) de
Venezuela el comandante Hugo Chávez como:
-Se tenía que haber muerto hace cincuenta años –dice una de
las panaderas donde compro el pan.
-¿Por qué tenemos que sacar tarjeta amarilla si ha sido roja
y ya está?, muerto está, y bien muerto –dice el carnicero de uno de los puestos
de Mercacentro a un corro de dependientes aburridos que comentan sobre el tema.
La semilla sembrada en el buen caldo de cultivo que el pueblo ignorante es, está germinando, y no muy tarde
veremos que el fascismo lo ha ocupado todo con el total beneplácito del pueblo que
ignorante no ve que a dónde el capitalismo lo lleva es al matadero, como vengo
diciendo muy a menudo, incluso “pecando” de pesado.
Algunos me llamarán demagogo por escribir este tipo de
artículos, y no hago demagogia, me remito a los datos, y no hay más que
quitarle un par de capas a la cebolla para descubrir que lo que verdaderamente
está podrido es el núcleo de eso que llaman democracia, claro, patrocinada ésta
por el poder caquiquil que impera en el mundo; así hombres como este que nos
dejó el martes días seis de marzo de 2013, son tachados de déspotas y
dictadores, porque le dan al pueblo lo que la oligarquía financiera le roba al
pueblo, precisamente, con argumentos poco encomiables, a ver ¿por qué se creen
ellos con la potestad de quedarse con todos los recursos y sumir al pueblo en
la más absoluta miseria?
Creo que hacen falta en el mundo más hombres como el
comandante Hugo Chávez, y menos como los monarcas parásitos que en muchos
países viven robando al pueblo, digo monarcas y presidentes que estafan,
extorsionan y engañan al pueblo. Y con este artículo creo que queda bien clara
mi posición ante las oligarquías asesinas que pretenden hacer creer al pueblo
que ellos son los buenos de la película y que los malos, siempre son aquellos
que ayudan al pueblo.
-Dicen que ese hombre ha hecho muchas cosas buenas, pero
malas también –dice la otra panadera.
-¿Sabrías enumerar las cosas malas que ha hecho este hombre?
–le pregunto.
-Bueno, no, eso es lo que dicen –responde, y he aquí que los
gigantes se convirtieron en molinos.
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