Arranca el
Festival Internacional de Cine de Gijón
Javi Álvarez – laRepúblicaCultural.es
Festival Internacional de Cine de Gijón. Carmen Frías
agradecinedo el premio a la Mujer de Cine 2013. Foto: Javi Álvarez.
Lo malo de cubrir un festival es que suelen ser inabarcables, pasan tantas
cosas que es imposible contar más allá de una pequeña parte. Los festivales se
viven contrarreloj y se escriben en los huecos que quedan, con un titular, una
entradilla vistosa y a lo sumo un par de opiniones que intentan destilar la
esencia de lo visto. Desde que empieza una edición ya se están descontando los
minutos que le quedan. Al principio importa poco, por delante se ve todavía mucha
carretera y es tiempo de pisar el acelerador. Las primeras horas acumulan
anécdotas porque lo que no faltan son las ganas de poner todo a rodar. Hoy
el Festival Internacional de Cine de Gijónarranca su 51 edición.
Si el año pasado, cuando “aterrizó” en él Nacho Carballo, parecía que la
consigna escrita era “lo veis, no ha cambiado nada”, este año lo que se escucha
es que hay cambios.
La gala de inauguración empieza con música, la de la banda del Festival de
Cine que se formó el año pasado. La presenta Inés Paz, con chistes
desenfrenados, dinamismo y mucha agilidad. Son varias las bromas que se hacen
con la política, pero entre el guion de Paz también hay un lugar para la
nostalgia de los que están fuera que tanto echan de menos las cosas de casa, la
música de Nacho Vegas, las gaitas y sobre todo la virtualidad de nuestro mundo.
Para hablar del estado del cine español también hay unas líneas escritas: luce
más una fiesta que un velorio. Afortunadamente el cine es “un enfermo con una
mala salud de hierro”. Por el medio la presentadora va repasando las secciones,
desde las más locales hasta las universales.
Una de las retrospectivas está dedicada a Jean-Françoise Laguione, maestro
de la animación. Dice que ésta es la primera retrospectiva que le dedican a su obra,
lo que le ha hecho mirar hacia atrás. Detrás queda toda una vida, lo que le ha
hecho verse como un anciano. Sin embargo está encarando su nueva película y ha
sentido con ella la misma emoción que cuando empezaba. Por cierto, quien le
traduce en esta gala del francés es Diego García Cruz.
Por el escenario pasan los jurados. Primero lo hace SAM representado a los
de AnimaFICX. Los jurados internacionales de la Sección Oficial sí que están
todos; este año son cinco: Patrice Leconte, Aida Folch, Iván Trujillo, Ray
Loriga y Pablo Giorgelli.
Carmen Frías, premio a la Mujer de Cine
2013
En la gala se entregan varios galardones. El primero, el premio a la Mujer
de cine 2013, es para la montadora Carmen Frías. Fernando Trueba reconoce que
ha aprendido mucho de ella. Destaca que es una mujer luchadora que se ha
arriesgado: “ha dado la cara por los compañeros y por las libertades cuando no
las había”. Tiene en estima su opinión y por eso la llama para que sea su
primera espectadora de todo lo que hace. Fernando Méndez-Leite empieza diciendo
que no ha trabajado nunca con ella. Había en TVE un grupo de montadoras cuando
él llegó, eran las más listas, las más activas y las más luchadoras. Frías,
después de Magdalena Pulido, era una jefa de filas. Cuando ella se iba a las
reuniones le pedía que cuidara a sus niños, ese es su vínculo. Patricia
Ferreira dice que desde siempre Carmen Frías estaba allí, así que no es
consciente de cuando la conoció. Trabajó con ella en dos películas. Ya se
montaba con ordenador y no hacía más que pedirle hacer pruebas hasta que Carmen
le dijo que montar es tener toda la película en la cabeza, no es cosa de andar
probando, cuando la has imaginado es cuando haces los cortes, otra cosa no hace
más que crear confusión. Ferreira destaca de la montadora esa enorme capacidad
para tener en su cabeza siempre la película que la directora quiere hacer.
Reconoce que se han peleado mucho, pero que jamás lo hizo delante de un
productor. Finalmente, su hija Berta Frías lee una carta de Juan Carlos Tabío dando
las gracias a su madre, porque se siente un beneficiario de su enorme trabajo.
Carmen Frías agradece a quienes le han otorgado este premio, sobre todo
porque han sido capaces de hacerle creer que se lo merecía. Paradójicamente se
lo dedica a un hombre, a su padre. Con emoción habla de él porque siempre
defendió que la libertad de la mujer viene por la emancipación económica. “Para
ti papá, te lo regalo”. Da las gracias a todos los directores, con los que se
ha llevado bien y con los se ha llevado menos, pues todos le han dado trabajo.
Carmelo Gómez, premio Nacional de
Cinematografía Nacho Martínez
Dice Loquillo que cuando se enteró de a quién le daban este premio llamó
inmediatamente al Festival para invitarse. Quería ser él quien le entregase la
estatuilla a su amigo. Le recibe con un fuerte abrazo.
Carmelo Gómez agradece que le den un premio por una cualidad, es la primera
vez, el resto han sido por reconocimiento a un trabajo concreto. Con Carmelo
llegó un profundo momento de emoción. Siendo leonés quiso hacer mención a los
mineros de su tierra que hace unos días fueron sepultados por la codicia. No se
merecen el olvido, sino una buena película. Del cine dice que nos toca un
tiempo de espera, pero que no se van a quedar sentados porque vendrá nueva savia
que pondrá nuestro corazón a tope.
Vicente Aranda, premio honorífico de la
51 Edición
Victoria Abril y Jorge Sanz son los encargados de entregar este premio.
Saben que Vicente Aranda no es amigo de homenajes porque suelen significar que
se está llegando al final. Cuando sale a escena lo hace protegiéndose con una
visera y con humor dice que como tiene disfonía atrófica su discurso va a ser
muy breve. Solamente dice muchas gracias. Después se escucha la mayor ovación
de la noche.
Sección oficial. A promise.
Patrice Leconte
Confiesa Leconte en francés que estudió español de pequeño, pero que lo ha
olvidado. Se siente muy alegre de que le hayan elegido para ser jurado, pero
que a la vez siente un cierto embarazo por tener que juzgar la obra de sus
compañeros. Sin embargo hay otra cosa que también le da vergüenza, el Festival
le ha pedido su última película para la inauguración; así que esta noche
veremos A promise, unos meses antes de que se estrene en Francia.
Cuando habla de su película tiene el gesto concentrado. Si le preguntan por
la semilla de la misma cita una conversación con su amigo el guionista Jérôme
Tonnerre que le recomendó que leyera la novelaViaje al pasado, de Stefan
Zweig, porque creía que allí había una película para él. Compró el libro y lo leyó
en una noche porque es una novela muy corta. Por la mañana llamó a Tonnerre
para decirle que tenía razón y que había que ponerse con ella. Le gustó la
novela porque aborda emociones muy fuertes que le conmovieron a título
personal.
Leconte genera imágenes muy poéticas en A promise; pero, sobre
todo, lo que más trabaja son las sensaciones, intentar que el propio espectador
las vaya descubriendo a la misma vez y de la misma forma que los personajes. En
cierta manera lo consigue. No obstante, en mi opinión la película peca de
parsimoniosa. Comienza con rapidez, escatimando lo que contar para situarnos a
los personajes con unos breves trazos pero suficientes. La palabra justa, en su
justa medida, la que da siempre la esencia. Pero después llega el momento de
los sentimientos contenidos, del dolor y de lo imposible. Es el tiempo
atormentado, constreñido por una sociedad clasista en plena revolución
industrial y en una Alemania al borde de la Primera Guerra Mundial. Esas
pinceladas iniciales que establecen un juego dialéctico y la capacidad de
pintarnos los dos lados de la sociedad a través de pequeños detalles que no
pasan desapercibidos por su fuerza visual son los dos elementos que más valoro
en la película.
Géneros mutantes. Haunter.
Vicenzo Natali
Vicenzo Natali creo Cube. Esa referencia es suficiente para
decidirme a elegir su película para la primera noche del Festival, sin esperar
a su segundo pase. Se titula Haunter y va de una casa con
presencias fantasmales. La mutación que le hace Natali al género es la de
quedarse anclado siempre en el mismo día, un 23 de abril de 1985, justo una
jornada antes de que la protagonista cumpla sus 16 años. La rutina es
terrorífica, sin embargo, cada detalle que se altera o deja de repetirse es
todavía más escalofriante, como si el cambio nos llevase hacia peor. Pero
conocer es avanzar. Resolver el puzzle, a pesar del castigo impuesto por cada
pieza colocada, se convierte en necesidad. De esa forma se crea el suspense,
descolocando al espectador que nunca sabe qué está viendo realmente pero que se
siente seguro de que todo tiene un sentido que se aclarará al final.
Haunter juega bien con los elementos clásicos del terror: música, sonidos
inquitetantes, oscuridad, niebla, haces de luz, sustos, espejos, puertas, lugares
secretos, doble personalidad, el personaje calmado cuyas palabras producen
terror mientras se mantiene inmutable… Por eso no defrauda.
Al salir de la película se levantó un vendaval fortísimo, de esos que el
viento casi te lleva.
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