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23 abr 2012

MANUEL DE LA PINTA LEAL




Manuel de la Pinta Leal 
Autor:  Rubén Benítez, Santiago Moreno y Jesús Núñez 

El último alcalde de la II República en Cádiz

Se cumplen 75 años del asesinato de Manuel de la Pinta en los fosos de Puerta Tierra. A pesar del tiempo transcurrido se desconocen numerosos aspectos de su vida pública y privada. Un reciente estudio arroja luz sobre su persona y sus alcaldías.

La familia De la Pinta Leal

La familia paterna de Manuel de la Pinta provenía de Madrid. Manuel de la Pinta Castro –padre de nuestro protagonista-, quedó huérfano e inclina su vida profesional hacia una carrera militar. Hizo una ascendente carrera en el Regimiento de Infantería. En 1902 fue destinado a la Comandancia de Málaga donde conocerá a su esposa María de las Virtudes Leal y Pacheco, de familia adinerada. Contraerán matrimonio el 16 de julio de 1904 en Málaga. Tras la boda siguieron viviendo en dicha capital andaluza, donde nació en 1905 el hijo primogénito: Manuel de la Pinta Leal. En años sucesivos nacerían sus hermanas Ana y Rosalía. A inicios de la década de los años veinte Manuel de la Pinta Leal marchará para Cádiz a dar comienzo sus estudios de Medicina.

Médico y profesor de la Universidad

En 1927 acaba su licenciatura. Es entonces cuando para continuar el perfeccionamiento de los mismos, marcha a Madrid para ampliar su formación. Mientras tanto su familia se había trasladado de Málaga a Cádiz. Con apenas 23 años, Manuel de la Pinta Leal regresaba a Cádiz donde da comienzo su imparable vida profesional. A los pocos meses de estar trabajando en la clínica de Argüelles consiguió, a través de oposición, plaza de Inspector Municipal de sanidad. Era febrero de 1929. A finales de ese mismo año es nombrado, por la Universidad de Sevilla –y más concretamente en su sede de Cádiz de la Facultad de Medicina-, Médico de Guardia en el Hospital de Mora. Es en este momento cuando reanuda su vinculación con el mundo universitario ya que en los tres siguientes cursos será contratado como profesor Ayudante de clases prácticas de Patología Quirúrgica. Además tenemos constancia de que, a la par, llevaba su consulta médica privada en la calle San Pedro nº 1. Pero su labor profesional ocuparía un campo más: la política.

Las Juventudes Republicanas

La vinculación de Manuel con las ideas republicanas es anterior al derrocamiento de la monarquía borbónica, la cual vino de la mano de unas elecciones municipales en abril de 1931. Unas semanas antes, el 27 de marzo, Manuel presenta la instancia de creación de las Juventudes Republicanas de Cádiz. Durante la jornada electoral del 16 de abril su actividad, denunciando practicas ilegales por la oligarquía de la ciudad fue incesante. Nombrado Presidente de dicha entidad, su vinculación a las mismas se mantenía en junio de 1931, siendo ya concejal, como veremos ahora.

Concejal del Ayuntamiento de Cádiz

En Cádiz las prácticas caciquiles electorales, implantadas desde hacía décadas, sumaron gran cantidad de votos a la corrupta candidatura dinástica. De hecho Cádiz fue una de las nueve capitales de provincia, a nivel nacional, donde no ganó la candidatura republicana. Aquella noche del 14 de abril de 1931 en las calles de Cádiz se sabía la victoria republicana en el resto del país, por lo que se lleva a cabo una manifestación hasta la casa del líder del Partido Republicano Autónomo, Emilio de Sola Ramos. Así el presidente interino de la Audiencia, oyendo dichas reclamaciones, indica la creación de una Junta Municipal para gobernar en el Ayuntamiento. El 16 de abril de 1931 queda instaurado en Cádiz un nuevo cabildo municipal bajo el nuevo régimen republicano que en aquellos días veía la luz en España. Pero dicha corporación solo sería momentánea. Un mes después se convocaban nuevas elecciones municipales para aquellos municipios donde hubiera habido expedientes de protestas. Para dichas elecciones los republicanos y socialistas de Cádiz, decididos a barrer del mapa electoral todo símbolo del antiguo caciquismo, se presentan unidos bajo las siglas del PRA.

El acto de composición de la nueva corporación municipal, ésta sí elegida democráticamente ante las urnas, fue de gran solemnidad. Bajo mazas y con gran algarabía del público asistente, entraba la nueva Corporación. Así se dio lectura del acta de la Junta Electoral en la cual se daba a conocer que Manuel de la Pinta era el sexto candidato más votado. Aparece así, por primera vez, el joven De la Pinta representando al pueblo gaditano como octavo Teniente de Alcalde. Meses después, en la alcaldía de Enrique Álvarez López, De la Pinta será nombrado Cuarto Teniente de Alcalde. En estos meses, algunas de sus intervenciones más destacadas pudieron ser la condena de la dictadura primorriverista, así como distintas denuncias sobre los continuos casos de injusticia o corrupción que se habían dado en el Consistorio, o como el intentar renovar la Farmacia Municipal.

Alcalde republicano de Cádiz

En Junio, tras la dimisión de Enrique Álvarez, se aproxima la elección del nuevo alcalde. Tras una serie de reuniones entre los concejales de las distintas fuerzas políticas, se planificó que se elegiría a De la Pinta. La tarde del 10 de junio de 1932, por mayoría absoluta, fue votado por sus compañeros de corporación. En sus palabras de investidura indicó sus principales preocupaciones como eran el paro obrero o la vivienda, así como los proyectos inmediatos, la reconstrucción de las murallas o la disposición de la Zona Franca. Pero si bien Álvarez López, en sus palabras de despedida, se enorgullecía de dejar el ayuntamiento de Cádiz con uno de los créditos mejores de España, la gran crisis financiera que se venía arrastrando desde años anteriores, hacían presagiar, duros momentos para el nuevo alcalde y sus concejales. El ejemplo más claro los vemos en la industria gaditana, la cual al poco tiempo de la llegada a la alcaldía de Manuel de la Pinta, veía rebajada a la mitad su plantilla. A las complicaciones económicas se le sumarían las políticas. En este plano De la Pinta saldría airoso. Hablamos del fallido golpe de Estado de la noche del 10 de agosto, más conocida como la Sanjurjada. Manuel de la Pinta pasó toda la noche y la madrugada en su despacho de la alcaldía a la espera de las noticias del gobernador civil. Allí recibió todo tipos de apoyos y ánimos. Una vez conocidas las noticias del fracaso del golpe, a través del gobernador, el alcalde se retiró a su domicilio, no sin antes convocar una gran manifestación republicana para el día siguiente. La cual, recorrió las calles céntricas de Cádiz dando vivas a la República y exigiendo mano dura contra Sanjurjo y sus golpistas. Al llegar al Ayuntamiento, el alcalde Manuel de la Pinta ordenó que se iluminase el edificio y que la banda municipal tocase el “Himno de Riego”; hubo cánticos, más gritos contra los golpistas y a favor de la República y la manifestación terminó frente al Gobierno Civil donde una comisión de los manifestantes fue recibida por García Labella, enviándose un breve telegrama al Gobierno comunicando la adhesión de la ciudad.

Destitución como alcalde

Como consecuencia de la huelga de octubre de 1934 en Asturias se abrió un proceso contra los ayuntamientos gobernados por los republicanos-socialistas, entre ellos el de Cádiz. Así el gobernador civil Luis de Armiñán cesó a la corporación municipal elegida democráticamente, así como sustituyó a Manuel de la Pinta por Juan Antonio de Labra. Pero no quedaba ahí la represión ejercida por Armiñán. Se clausuraron sedes de partidos y sindicatos de izquierdas, así como se dictaminó cárcel para algunos de los dirigentes más importantes. De esta manera habrá que esperar a junio de 1935 para que se levante la orden de cierre que se había impuesto sobre la sede de Izquierda Republicana en Cádiz.

Alcalde del Frente Popular en Cádiz

La candidatura del Frente Popular se crea en Cádiz a finales de enero de 1936 en la Casa del Pueblo e incluirá a Socialistas, IR, Unión Republicana, Partido Comunista, Partido Sindicalista, UGT y autónomos. Así, las elecciones legislativas del 16 de febrero dieron en Cádiz la victoria al Frente Popular con más del 60% de los votos. El día 20 del mismo mes es restituido en su puesto de alcalde Manuel de la Pinta, junto con el resto de concejales que fueron suspendidos en octubre de 1934. Desde un principio las medidas de la nueva corporación fueron recibidas con muchos recelos y duras críticas por los sectores derechistas, que no habían encajado demasiado bien la derrota electoral. La educación será uno de los pilares de la política de la corporación. Argumentaba el munícipe que la construcción de grupos escolares ayudaría a mitigar el paro en el sector de la construcción. En los pocos meses del gobierno del Frente Popular varios fueron los hechos acometidos a favor de una mejor educación a todos lo niveles. Por ejemplo, a mediados de abril ya se habían cedidos los antiguos terrenos del Español FC –en el Campo del Sur-, para la construcción de una Escuela Normal y Residencia de Estudiantes. Otro ejemplo, y que va íntimamente ligado al tema del paro, era la planificación de la construcción de nueva Escuela Náutica en las inmediaciones de La Caleta. Sin duda, de estas decisiones, la más preocupante para el clero fue la medida de primar las escuelas laicas frente a las religiosas tomadas en marzo. La misma se materializó en la elevación al gobierno de la petición de ceder al Ayuntamiento los locales del Seminario para instalar veinte escuelas laicas.

Pero el fascismo se iba preparando para acabar con aquella situación en el país. El 15 de mayo Florentino Oitabén, concejal comunista, denunciaba ante la corporación la llegada de amenazas de muerte a algunos concejales. Las intimidaciones a los concejales del Frente Popular continuaron hasta el mismo día del inicio del golpe de Estado. Dichos días, Manuel de la Pinta no los vivió en Cádiz. Se encontraba en Madrid realizando unas oposiciones.

Trágico final

El destino quiso que Manuel de la Pinta Leal no cayera en la primera tanda de asesinados por los fascistas en la ciudad. Y es que debido a su participación en unas oposiciones a Catedrático, la última vez que acudió como alcalde a las sesiones había sido el 3 de julio. Al tener noticias de lo sucedido en el norte de África, le insisten desde Málaga para que permaneciera en la capital. Fuera como fuese De la Pinta coge el tren hacia Cádiz el mismo 18 de julio. A la altura de Alcolea el tren fue detenido y asaltado por falangistas y milicianos armados. El alcalde pasó desapercibido en aquel asalto al tren. Junto con otros pasajeros que no cayeron en manos de los sublevados, marcharon a Córdoba donde se alojó en el hotel Cervantes. Allí permanecería prácticamente dos meses. Poco sabemos de aquellos días vividos por De la Pinta. Entendemos que intentaría pasar desapercibido, aunque debido a la situación de guerra en la que se encontraba el país, decide llevar a cabo su profesión. Asistió a los heridos del refugio de la torre de la ermita de La Alegría. Deducimos que día que pasaba, día que se hacía más angustiosa su estancia en Córdoba por temor a ser reconocido.

Hasta la capital andaluza, y de camino al frente, llegaron desde Cádiz unos requetés, que a la salida de una misa lo reconocieron. Le siguieron hasta el hotel y allí fue detenido. Era 6 de septiembre. No sabemos que ocurriría con él desde ese día hasta el traslado a Cádiz en tren el día 26. A donde llegó acompañado por el capitán de la Guardia Civil Antonio Escuín Lois, el cual días antes, al enterarse por la prensa de la detención en Córdoba de Manuel escribió desde Écija al general Varela: “Con alegría leo en la prensa [...] ha sido detenido el canalla, bandido y sinvergüenza del último alcalde Socialista de Cádiz Manuel de la Pinta Leal [...] interés grande que tengo en fusilarlo [...] así pues te suplico, me concedas de acuerdo con mi General Queipo de Llano sea yo precisamente el que lo conduzca...”.

Cuando Varela la recibió, estaba ya en el frente de Madrid. Por lo tanto dicha misiva, al contrario que otras muchas posteriores de Escuín que también se conservan, no tuvo respuesta. No obstante dicho capitán pudo saciar en parte sus deseos de venganza, ya que consiguió de las autoridades rebeldes de Sevilla y Córdoba la autorización para conducirlo hasta Cádiz.

Las nuevas autoridades fascistas sabían de la popularidad del joven alcalde y decidirían liquidarlo lo antes posible. Sólo así se explica su rápida ejecución. A su llegada fue llevado preso al Castillo de Santa Catalina. Se le aplicó directamente el bando de guerra, sin formación de causa previa alguna, siendo fusilado por un piquete de la Guardia de Asalto que no pudo finalmente mandarlo el Capitán Escuín, como era su despiadado deseo, si bien si pudo presenciarlo. Al amanecer del 30 de septiembre moría en los fosos de Extramuros, convertidos en patíbulos de cientos de gaditanos en aquellos días, Manuel de la Pinta Leal. Es la familia de María Alba Medina, su compañera, la que se hace cargo del cuerpo y le dan sepultura en el cementerio de San José. Sus padres se enteraron del asesinato de su hijo días después por la prensa. Años después su hermana Ana es quien comprará el nicho en propiedad.

Su recuerdo

A duras penas, se mantiene el recuerdo de Manuel de la Pinta Leal en la ciudad donde desarrolló su labor como médico, profesor, concejal y alcalde. Aun así, a nuestros días han llegado retales del afecto con el que contó en vida. Tras la etapa oscura del Franquismo, en 1979 el primer gobierno democrático de la ciudad, formado por PSOE, PC y PSA, deciden dedicarle una Avenida, junto la desaparición de múltiples calles con nombres referentes a la dictadura y al golpe de Estado.

En los últimos años, y entendemos debido en parte al impulso tomado por el interés por la Recuperación de la Memoria Histórica, ha habido varios homenajes hacia su persona. Así en 2006 fue nombrado Hijo Predilecto de la ciudad por el Ayuntamiento de Cádiz, en cuyo acto se contó con la asistencia de su familia. Poco después era descubierta una placa en la casa donde pasó consulta durante la República. Y hasta relativamente hace poco tiempo, cada 30 de septiembre un grupo de veteranos republicanos de Cádiz se acercaban a su tumba y le rendían un sincero homenaje.

Esperamos que con este sencillo artículo se consiga ampliar la visión, hasta ahora muy desconocida, sobre Manuel de la Pinta Leal


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