Antonio Ros Soler Colaborador |
Excelente reflexión contemporánea, ahora que la Monarquía vuelve a demostrarnos su incapacidad para representar a los españoles... (Yo NO me sentí REPRESENTADO, ni desde su advenimiento franquista).
El POEMAva a continuación, y la CARTA (de Alberto Sicilia) va un poco más
abajo...
Salud, Poesía y República,
Antonio Ros:
Viva la República
(A los invisibles
amigos, un 14 de Abril, por si aún tenemos algo que celebrar).
‘¡Molestia de encontrarnos en todas partes!’,
sin que desde hace tiempo nos vayamos hablando…
No faltan quienes admiran nuestro control…
Primero, la palabra se nos fue retirando;
después, se volvió transparente el cuerpo,
y al final, hoy, casi todos somos invisibles.
Como si un espectro nos convirtiera en
otros;
espejos incapaces de reflejar a ese vampiro
que vive de nuestras furias y rencores,
que solos nos sacudimos por dentro.
Es como si se hubiera roto el hilo
de palabras que unen a ciudadanos sensibles.
Bajo cuerda fluye nuestra Colectiva
Memoria,
y tantas cosas habladas en otro tiempo
-que casi sucumbieron en la fratricida tormenta-,
antes de ser fantasmas de la Historia.
Ya no yace bajo la fisura del Monumento
la arenisca tibia, sino la victoria de un pedestal
incorruptible y un tiempo de justicia heroica
contra quienes osen negar nuestro giro de noria:
esos seres como dioses, panda de golpistas,
que arañar querrían nuestra solidaria arcilla,
tan solo con su odio y furia quebradiza…
¡¡¡Viva la Democracia, viva la República!!!
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2012-0414 Viva la república
Alrosoler.
Valladolid, 14 de abril de 2012.
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Querido Juan Carlos:
Me llamo Alberto Sicilia, y soy
investigador de física teórica en la Universidad Complutense de Madrid. Hasta
el año pasado, enseñaba en la Universidad de Cambridge. Decidí regresar a
España porque quería contribuir al avance científico de nuestro país.
A las pocas semanas de llegar, me llevé
la primera alegría: Francisco Camps obtenía un doctorado cum laude apenas
6 meses después de dimitir como presidente de la Generalitat. Escribí dos cartas para
felicitarle, pero no me respondió. Paco debe estar muy ocupado. Quizás le
contrató Amancio Ortega para que diseñe la colección de trajes
primavera-verano.
Abrí la segunda botella de champán al
conocer los Presupuestos Generales recién presentados. La inversión en ciencia se recorta en
600 millones de euros. Imagínate que se nos ocurre apostar por la investigación
y acabamos ganando un Nobel: quebraríamos el orden geopolítico mundial. Hasta
ahora, los Nobel científicos son para británicos, alemanes, franceses o
americanos. Nosotros nos llevamos los Tours, los Rolland Garros y las Champions
League. Si empezásemos a ganar también en ciencia, ¿qué consuelo quedaría para
David, Angela, Nicolas y Barack?
He sufrido la tercera y definitiva
conmoción al saber de tu safari. Dicen los periódicos que costó 37.000 euros,
dos años de mi salario. Los que nos dedicamos a la ciencia no lo hacemos por
dinero. Al terminar nuestras tesis doctorales en física teórica, algunos
compañeros se fueron trabajar para Goldman Sachs, JP Morgan o Google. Quienes
continuamos investigando lo hicimos por pasión. La ciencia es una de las
aventuras más hermosas en las que se ha embarcado la especie humana. Al
regresar a España, entendí que atravesábamos una situación económica
complicada. Por eso acepté trabajar con muchos menos recursos de los que
ofrecía Cambridge y un sueldo inferior al que ganaba cuando era estudiante de
primer año de doctorado en París.
Juancar, tengo que darte las gracias. Tu
aventura en Botsuana me ha hecho comprender, definitivamente, cómo es el país
al que regresé.
Regresé a un país donde el Jefe del
Estado se va a cazar elefantes mientras cinco millones de personas no tienen
empleo. Regresé a un país donde el Jefe del Estado se opera de prótesis de
cadera en una clínica privada, mientras miles de compatriotas esperan meses
para la misma intervención. Regresé a un país donde el Jefe del Estado se va de
vacaciones en jet privado mientras se fulminan las ayudas a las personas
dependientes.
Que yo me marche a otro lugar para
seguir mis investigaciones no será una gran pérdida para España. No soy el
Einstein de mi generación. Pero me desespera pensar en algunos físicos de mi
edad que son ya referentes mundiales en las mejores universidades. Muchos de
ellos soñaban con regresar un día a España. Teníamos la oportunidad de cambiar,
al fin, la escuálida tradición científica de nuestro país. Nunca volverán.
Hemos convertido España en un gran coto
de caza. Pero aquí no se persiguen elefantes ni codornices, sino
investigadores. Dentro de poco podremos solicitar subvenciones a WWF por ser
especie en extinción.
Permíteme terminar con otra cuestión que
me turba. En África hay cientos de jóvenes españoles trabajando como
cooperantes en ONGs. Chicos y chicas que viven lejos de sus familias porque
quieren aliviar el sufrimiento humano y construir un mundo más decente. Si
tenías tantas ganas de viajar a África, ¿porqué no fuiste a abrazar a esos
muchachos y a recordarles lo orgullosos que estamos de ellos?
Juancar, en tu último discurso de
Navidad afirmaste que “todos, sobre
todo las personas con responsabilidades públicas, tenemos el deber de observar
un comportamiento adecuado, un comportamiento ejemplar”. Y digo yo, si unos
meses después tenías planeado ir a cazar elefantes, ¿por qué no te callas?
Dr. Alberto Sicilia.
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